Hasta ahora hemos analizado algunos de los Arcanos Mayores del Tarot. Los 22 Arcanos Mayores de la baraja representan mediante símbolos los 22 Arquetipos que se pueden aplicar a cualquier ser humano así como al universo del que procede. De este modo la carta del Loco, el que marca el origen del todo universal, también representa el inicio del viaje por el que pasará todo ser humano a lo largo de su vida.
A través de los Arcanos Mayores podemos conectar con nuestro ser más interno. Así como el Ermitaño acarrea su luz para alumbrar el camino que recorre, usando los Arcanos Mayores podemos arrojar un poco de claridad sobre nuestro ser interno para investigarlo y trabajarlo en nuestro propio beneficio.
El papel de los Arcanos Menores no es menos importante. Ayudan a entender mejor y a matizar lo que intentan transmitirnos los Arcanos Mayores, así como también nos permiten acceder a aspectos más concretos de aquello por lo que se consulta. Es como si con los Arcanos Mayores usáramos un telescopio para mirar, y si localizáramos algo que nos interesara especialmente pudiéramos investigarlo con el uso de los Menores.
Los Arcanos Mayores y los Menores se pueden usar juntos o separados, dependiendo del objetivo de nuestra consulta.
Empecemos pues por definir los 4 elementos básicos en los que están divididos los Arcanos Menores.
ELEMENTO FUEGO: ENERGÍA PRIMORDIAL (BASTOS)
El elemento fuego se podría describir como aquella energía que representa el impulso y el motor de que está detrás de las acciones, los pensamientos, las emociones. Por ejemplo, cuando tenemos un pensamiento aquella energía que nos impulsa a llevarlo a cabo es la que pertenece al elemento fuego. Como todos sabemos este elemento es de naturaleza volátil, se mueve de una sitio para otro sin mucha reflexión. Tiende a seguir impulsos, corazonadas y sin otro elemento (aire, agua o tierra) que lo sujete, es capaz de arrasar con todo lo que pille. Pero también es un fuerte generador de ideas y establece la dinámica y el movimiento necesarios para llevar a cabo una acción.
ELEMENTO AIRE: ESTABILIZACIÓN (ESPADAS)
La energía del elemento de aire es también una energía muy poderosa. De distinta naturaleza a la del fuego, el elemento aire representa la energía analítica y discriminadora. Una vez el fuego ha plantado su semill, el elemento aire la penetra convirtiéndola en pensamiento y dejándola que se transforme (o no) en una posibilidad.
El aire representa nuestros pensamientos así como la manera en que interpretamos el mundo al que nos enfrentamos. Con la fuerza del pensamiento perfilamos cómo queremos que sean nuestras vidas. Por eso, hay que intentar siempre tener consciencia de qué es lo que se piensa o cómo se piensa. Pues sin darnos cuenta el camino del pensamiento nos llevará a actuar en una determinada dirección.
ELEMENTO AGUA: FLUIDEZ (COPAS)
Con el impulso de una idea, y el pensamiento en marcha el siguiente nivel de energía con el que nos topamos es con aquel perteneciente al elemento agua. Con este elemento nos sumergimos en el mundo de las emociones y del pensamiento intuitivo. No basta sólo con el impulso inicial y la idea, sino que en nuestra naturaleza humana es necesario añadir la emoción que alimente dicho pensamiento para que éste pueda permanecer y desarrollarse. Impulso, pensamiento y emoción establecen 3 aspectos fundamentales que encontrarán su materialización física en el siguiente elemento.
ELEMENTO TIERRA: CONSOLIDACIÓN (OROS)
Estamos ante el elemento más denso de todos los elementos, el de más baja vibración lo que permite que dicho elemento se convierta en algo tangible. La tierra representa toda aquella materialización de la combinación de impulso, pensamiento y emoción. Al ser un elemento pesado, se desarrolla con más lentitud que los anteriores.
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